Formación geológica de la corteza terrestre en la que se acumulan las agua infiltradas de afluencia o de condensación. Es una capa de agua que se almacena y transmite en un estrato rocoso permeable de la litósfera de la Tierra, saturando sus poros o grietas.

Los acuíferos pueden ser desde muy someros (poco profundidos) y alcanzar profundidades de hasta 3 km. En general, el agua proveniente de las precipitaciones percolará de la superficie de la tierra a través de áreas de recarga del acuífero.

Los acuíferos se recargan en general a través de procesos activos de filtración muy lentos y de muy larga duración que ocurren desde la superficie comparada con los procesos de recarga que ocurren en lagos y arroyos.

La renovación de las reservas de agua dependerá de las características físicas y químicas de las formaciones geológicas, por circunstancias climáticas de aridez, de la porosidad y percolación del material en la superficie, de la conformación topográfica, de la presencia y densidad de la vegetación en el suelo y por supuesto del clima y las estaciones que influyen en las tasas de precipitación en el área.

El agua seguirá una dirección paralela al drenaje superficial por la acción de la gravedad, resultando en una descarga subterránea al mar que no es observada en la superficie pero que puede ser de gran importancia en el mantenimiento de los ecosistemas marinos.

Su comportamiento en los espacios porosos de la roca dependerá de la composición química, de la cristalización de la roca y de la forma en la que se encuentra. Si los poros son lo suficientemente amplios, el agua circulará libremente a través de ellos impulsada por sus características del agua (capilaridad, tensión superficial) e impulsadas por la gravedad “aguas hacia abajo”

La naturaleza dipolar del agua le permite adherirse fácilmente a los elementos o compuestos en las rocas con porosidad.

Siendo la tensión superficial del agua alta, las moléculas del agua exhibirán un comportamiento de “acción capilar” a través de los poros de las rocas, adhiriéndose a las paredes y provocando un desplazamiento en el acuífero a través de la cohesión.

El agua de los acuíferos disolverá sales o minerales iónicos de las rocas donde está presente por lo que tendrán una gran capacidad de conducción de electromagnetismo además de otros elementos a través de un proceso denominado lixiviación.

El agua subterránea brotará de forma natural en distintas clases de surgencias en las laderas y a veces en fondos del relieve, donde el nivel freático intercepta la superficie.

También se pude acceder a esta agua a través de pozos, perforaciones que llegan al acuífero y se llenan parcialmente con agua subterránea, siempre por debajo del nivel freático en el que provocará una depresión local.